miércoles, 9 de septiembre de 2009

CIRCULAR DE PEÑALARA Y LAGUNAS (en verano)

En esta ruta de hoy, que ya había realizado otras veces, llegaba bastante cansada al puerto de cotos por el calor. Bajé del coche ansiosa mientras Mary y Karlitos se preparaban y se ponían sus botas, mochilas, cremas de sol, etc...Empecé atada, y eso que odio ir con correa, pues prefiero ir disfrutando del monte de manera libre, correr, saltar y coger palos, sin que me apriete al cuello el collar, tirando de él la cadena.Comenzamos por el camino del batallón alpino, para poder ir libre y si correa atada, disfrutando de la ruta, pues por el típico camino que sube todo el mundo desde la casa de información del parque natural de peñalara y la caseta de los guardas, no me dejan ir libre, me obligan según no se que ley, a ir atada, como si fuese un castigo, yo que no ago daño a la naturaleza, y sin embargo, veo como muchos domingueros suben libres, sin tener atados a sus hijos, maridos, esposas, padres, todos caminan libres y encima contaminan nuestra preciosa montaña, tiran latas, papeles, en vez de volvérselas a llevar para tirarlas al llegar a su casa a la basura; o se salen de los caminos, haciendo más caminos provocando un grave impacto ambiental sobre la vegetación, pues esa superficie tardará años en volver a crecer; o empiezan a gritar por el campo, dejando la soledad del monte siendo una utopía, cuando salimos todos al monte a buscarla y a veces esto se convierte en realidad, pero muchas veces esto, gracias a los domingueros no es posible, pues ya hay atascos y contaminación para llegar al puerto, los parking los dejan completos, suben en romería 100 metros arriba y allí se quedan, sin dejarnos disfrutar de los que queremos subir más arriba, pues no nos dejan sitio en el parking, le llenan de basura, y luego eso si, ellos no llevan correa, ni cadena atada al cuello pero a mi me la exigen llevar cuando mi Mary y karlitos me traen para disfrutar por aquí. Es por esta razón por la que nunca subimos por la caseta de información ni de los guardas, sino por el camino del batallón alpino, dejándome ser libre, y aprovechando un poquito más la sombra. Por este camino, llegamos a las trincheras que se encuentran en la base de citores, que tiene forma de plaza de toros. Estas trincheras aún perduran desde la guerra civil, como el camino que hemos recorrido hasta llegar aquí, donde el Batallón Alpino, paso unos años muy crudos, y no tanto por la dureza de la guerra y las batallas, que no fueron por aquí tantas, sino por las condiciones climatológicas, tanto, que hasta la Pasionaria, trajo un abrigo de Rusia a la garita de vigilancia que hay más abajo del pico de citores, para el miliciano que más frío pasaba en la guerra civil. Dejando este rinconcito de historia, y abandonando las trincheras dejándolas a la izquierda, tanto como el lado segoviano, vamos ascendiendo hacia dos hermanas, y de allí hasta peñalara. Mi marcha ya dejaba de ser rápida y nerviosa, dejaban mis piernas de saltar y corretear por los dosmiles ya superados desde las trincheras de cítores y dos hermanas, debido al calor y la sed que iba a cumulando, pero poco a poco, patita a patita llegué a coronar por cuarta vez el pico de peñalara, que se sitúa a 2430m. de altura. Esta vez tardamos en llegar 1 hora y 30 minutos.














Allí hicimos una parada. Mary me sacó un poquito de agua en un trozo de bidón que se había fabricado para mí. Bebí hasta saciar mi sed, Karlitos me sacó un quesito que tragué apenas sin saborear y tras un respiro suyo, se levantaron y fueron dirección claveles para poder bajar posteriormente a la laguna de pájaros. Mi marcha era buena con ellos, pero al llegar a claveles, yo que siempre voy ligera por el monte, vi una dificultad tremenda al llegar a esos bloques de piedra y granito enormes. Mary y Karlitos continuaban dirección risco de los claveles, pero yo me quede en un gran bloque pensando por donde poder pasar al siguiente, y al siguiente, pero no veía posibilidad, así que Karlitos se dio la vuelta a por mi y me cogió en brazos, hasta llegar a un paso mucho más seguro. Bordeamos el risco de los claveles, bajamos por el risco de pájaros con un calor tremendo y por fin iba viendo agua, una laguna metros más abajo, era la laguna de pájaros, que tras 45 minutos desde el pico de peñalara la veía para refrescarme y poder tumbarme en su praderita verde por un buen tiempo mientras Mary y Karlitos comen y disfrutan de todo este paraje tan precioso a 2170 m de altura.Tras el descanso, y tras haber repuesto fuerzas comiendo y descansando, fuimos en busca de la laguna grande de peñalara, pasando por las zonas de lagunillas, que hay que ver que diferencia de ver todo esto en invierno, donde vamos metros arriba de todas estas lagunas tapadas por varios centrimentos de nieve, a la imagen de principios de verano, donde todo es verde y las lagunillas están repletas de agua transparente, a la imagen de finales de verano y mediados de Septiembre, donde las lagunillas no tienen apenas agua. Eso sí, tanto la laguna grande de peñalara, como la de pájaros, no pierden agua nunca, es increíble.En una hora desde la laguna de pájaros, comenzamos a descender hacia la laguna grande de peñalara, y desde aquí, hasta el puerto de cotos, otra media hora más. Este último tramo ya caminaba junto a Karlitos y Mary, por si me tenían que atar cadena al cuello al ver algún guarda, pero hasta el mirador de la gitana no hizo falta, y eso que nos cruzamos con varios, pero ellos mejor que nadie entienden que venir con dos montañeros, respetaré mucho más que varios centenares de domingueros madrileños juntos que vienen a contaminar todo este parque natural. En marcha estaríamos casi 4 horas, pero en total, contando las paradas, pasamos unas 6 horas bien agradables por esta ruta, auque como perra bóxer, quiero reflejar que en verano, subir a peñalara se hace bastante duro entre el calor y la sed que me genera esto (aunque en invierno disfruto de la subida, muerdo cuando me apetece nieve y no me tienen que dar agua en todo el recorrido); y el paso por claveles, cualquier perro que pueda ir cogido de sus dueños pasará sin problemas, pero hay perros que ahí nos quedamos, al no ser que bajemos un poco más, donde no hay tanto bloque gigantesco que nos hace inseguros nuestros saltos y los apoyos de nuestras cuatro patas. Sin embargo en invierno, que todo es un manto nevado, no tengo ningún problema en pasar, al igual que cualquier otro perro.Firmado: GUAU GUAU (MAREA)













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